Actualmente, se estima que 1.200.000 españoles están afectados por alzhéimer, enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos conductuales, y que genera una gran dependencia a la persona que la padece. Asimismo, también tiene un alto precio para la salud de los cuidadores, que deben afrontar el deterioro de sus seres queridos y aprender a convivir con esta patología.

Debido al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida, se cree que en 2050 se duplicarán las cifras. No obstante, también se conoce que existen factores que influyen o modifican la expresión de la enfermedad, entre ellos mejorar la salud cardiovascular y potenciar la reserva cognitiva. Por tanto, cuida tu corazón y tu cerebro.

El alzhéimer está considerada la principal enfermedad neurodegenerativa de nuestro entorno, tanto por su prevalencia como por sus consecuencias en los pacientes y familiares. En España, se diagnostican cada año unos 40.000 nuevos casos.

Sin embargo, la Sociedad Española de Neurología (SEN) asegura que entre un 30 y un 40 % de los pacientes están sin diagnosticar. Esto se debe, principalmente, a que las primeras fases de la enfermedad pasan desapercibidas, pero también a la falta de conocimiento, por parte de la sociedad, sobre la patología.

Como explica el doctor Marcos Llanero, coordinador del Grupo de Estudio de Neurogeriatría de la SEN, el alzhéimer se produce por el acúmulo de las sustancias beta-amiloides y proteínas tau, que destruyen las neuronas y provocan la aparición de síntomas. Esa destrucción neuronal es progresiva, pero los primeros síntomas, generalmente pérdida de memoria, no se hacen visibles hasta que el detrimento de neuronas deja de poder compensarse.

“Estas alteraciones de la memoria no pueden confundirse con olvidos o despistes. Todos podemos tener olvidos, pero estas personas no son conscientes de que los han tenido, y no logran acordarse ni aunque se le faciliten pistas”, explica este neurólogo.

En este sentido, los expertos consideran muy recomendable que población y profesionales presten atención a la regla de las cuatro «Aes» y una «C». Las cuatro «Aes» son las siguientes:
1. Amnesia: incapacidad para recordar hechos recientes, aunque se utilicen pistas o claves.
2. Afasia: dificultad para denominar objetos sencillos.
3. Apraxia: dificultad en el manejo de utensilios domésticos o herramientas.
4. Agnosia: dificultad para reconocer el entorno o para reconocer que tiene deficiencias en su memoria.
La «C» hace referencia a la conducta, a cambios del estado de ánimo, irascibilidad y apatía.

Cuando los familiares o amigos reconozcan alguno o varios de estos signos, tienen que insistir para que la persona visite al médico, con el fin de que le realice las pruebas diagnósticas oportunas para constatar si tiene la enfermedad o no, y en caso de que lo necesitase, se comience el tratamiento adecuado, ya que como especifican los especialistas, un diagnóstico y tratamiento precoces mejoran el curso de la enfermedad.

Avances en el diagnóstico y tratamiento
En los últimos años, se ha realizado un avance importante en la detección de alzhéimer, sobre todo en fases tempranas, antes incluso de que la persona manifieste los primeros síntomas, lo que posibilita que se ofrezca un tratamiento apropiado desde las primeras fases de la enfermedad para ralentizar su avance.

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